Engáñame con tus sueños,
confundamos ambas realidades;
tan solo la tenue luz entristece la oscuridad,
muéstrame la gracia de perder la razón.
Proyéctame al otro lado,
escucho un eco;
la esquina de una sonrisa me observa,
mi reflejo se hace evidente.
A la distancia existe una sombra,
y no distingo al acompañante
vuelvo a escuchar aquel eco;
una figura nace de aquel eclipse;
lejos,
tan lejos.
Las luces de la ciudad me lastiman;
difuminadas imágenes apenas logro ver.
Tu rostro aun no regresa,
un vacio ronda por tu cuerpo;
lagrimas contenidas en aquellas frágiles pestanas.
Apunta el día
y una falaz impotencia brota en mi;
me envuelvo en ti escapando
de esta desdicha,
lloro junto a ti;
delgados hilos adornan tu rostro.
Y asi, escuchar MUSE 2 horas seguidas hizo efecto...
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