He llegado a “ese” momento de la madrugada
Aquel en el que la razón se debilita y cede paso a lo etéreo
El sueño se convierte en un sedante
Y la tranquilidad de la noche en el perfecto escenario
No puedes leer mi mente
No puedes ver mi rostro
Y aun así siento tu cercanía entre mis ojos
Los labios resecos
Las pupilas dilatadas
Tu imagen se proyecta en mi muestra privada
El reloj marca las tres
Me apresuro con esta breve entrega
Nada más un enter y habré terminado.
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